La alícuota es utilizada en distintos contextos, pero siempre con el significado de una parte proporcional de un todo. En este sentido, la alícuota de bienes inmuebles sería el porcentaje que se aplica al valor de una propiedad para determinar obligaciones del propietario o calcular impuestos inmobiliarios.
Conocer la alícuota es importante para administradores de condominios, miembros del comité y condóminos. A continuación, explicamos cómo se aplica la alícuota o parte alícuota en el contexto de condominios y fraccionamientos.
La alícuota es una palabra que proviene del latín. La RAE lo define como un sinónimo de proporcional.
La parte alícuota es una parte determinado en función de una idea de proporcionalidad. Esto quiere decir que es una parte que solo se representa mentalmente y que permite establecer una participación de todos y cada uno de los copropietarios, cuya participación variara según los derechos de estos.
La alícuota de bienes personales o bienes inmuebles es el porcentaje legal aplicable a la base imponible, por ejemplo, un departamento. La alícuota se aplica para determinar exactamente el impuesto que debe pagar el propietario del bien, como el Impuesto al valor agregado.
En los condominios y fraccionamientos, la alícuota también puede representar la cuota de participación de cada unidad inmobiliaria en los gastos comunes. En este sentido, la alícuota sería el resultado del prorrateo utilizado para determinar la contribución de los propietarios del condominio a la comunidad mediante cuotas de mantenimiento y otros cobros.
Cuándo hablamos de copropiedad, la alícuota sirve para hacer la división de bienes que no pueden dividirse físicamente. Por ejemplo, un vehículo o un inmueble. No se puede dividir un carro o una cocina por la mitad, ya que impedirían su uso. La alícuota funcionaría para hacer esta división, en un sentido más abstracto, permitiendo que un bien tenga más de un dueño y para calcular los impuestos y la parte correspondiente de los gastos comunes para cada copropietario.
Por ejemplo, cuando se vende una propiedad con dos propietarios, la función de alícuota permite determinar el valor que cada uno recibirá por la venta.
Una aplicación de la alícuota es para calcular el porcentaje que se aplica a un bien para determinar el impuesto debido. En el contexto inmobiliario, la alícuota de impuesto de un bien inmueble determinará el valor que el propietario debe pagar en impuestos. Si la alícuota de impuesto sobre el inmueble es del 10% y el inmueble vale $5.000.000, el impuesto equivaldría a $500,000.
Una alícuota puede ser también aplicada a un bien inmueble ubicado en un condominio para calcular la cuota de mantenimiento debida. Cómo sabemos, los condominios deben hacer un prorrateo, un cálculo para definir cuánto cada unidad debe contribuir para el mantenimiento del condominio. En algunos casos, se puede determinar que todas las unidades deben contribuir por igual. En otros casos, las unidades más grandes contribuyen más que las unidades más pequeñas.
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